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Dominicas de Santa María Magdalena de Speyer proyectan abrir una casa en Colombia

|  abril 08 de 2022  |

Agradeciendo a Dios por los 793 años de existencia como congregación en Alemania y más de ochenta años de presencia en Perú y en Brasil, las Dominicas de Santa María Magdalena de Speyer, empezaron un nuevo camino de búsqueda y preparación de una casa en Suramérica, es así que, animadas por la acción del Espíritu en el capítulo general celebrado recientemente en Alemania y las regiones ya mencionadas, las hermanas han decidido darle este privilegio a Colombia.

Del 18 al 22 de marzo de 2022, con el apoyo de los frailes dominicos de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia, una delegación de las hermanas llegó a Colombia con el objetivo de conocer más de cerca la vida de los frailes y el contexto de la vida religiosa en el país. Cazuca en Bogotá, una de las zonas de la capital del país con alto índice de pobreza, violencia y conflicto, fue el primer destino de esta visita que estuvo llena de experiencias y aprendizajes para las visitantes.

Para nosotras, dominicas en búsqueda, Cazuca significó fraternidad, acogida, encuentro, un espacio en donde, a pesar de muchas carencias materiales es posible dar, recibir y encontrarse. Sin duda una experiencia de Iglesia en camino y una obra que va creciendo en el abrazo de fe de los frailes que comparten su día a día desde la simplicidad de sus vidas y el calor de un pueblo que aún en medio de sus errores sabe dar sin esperar nada a cambio, señaló la hermana Amparo Palomino.

La ciudad de Barranquilla fue el segundo destino, allí durante su visita, las hermanas dominicas de Santa María Magdalena de Speyer fueron recibidas por la comunidad de los frailes que residen en la Casa de San Luis Bertrán. Durante su estadía, conocieron de cerca la experiencia del trabajo educativo y pastoral que se vive en torno al Colegio San Alberto Magno y la Parroquia de San Luis Bertrán; así lo resalta la hermana Amparo: El primer impulso de la mañana, la oración y la santa misa comunitaria, son sin duda el manantial de donde brota la fuerza y el amor para luego ser compartido con tantos niños, niñas, jóvenes y grupos parroquiales. Solo quien tiene esta experiencia en medio de esta realidad, es capaz de comprender la alegría de la gratuidad como fuerza de comunión.

Luego de este primer intercambio de experiencias, las religiosas regresaron al Perú donde preparan su segunda visita al país prevista para el mes de julio del presente año, donde esperan consolidar otros detalles administrativos como un encuentro especial con el arzobispo de la Arquidiócesis de Bogotá. La meta de este nuevo proyecto en Colombia no es solamente la apertura de una casa de la comunidad, sino la fundación de un centro de formación de la mujer que acoja y ayude aquellas mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad.


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