El pasado viernes 8 de octubre, en el Convento de Santo Domingo de Bogotá, por iniciativa del Prior Provincial, fray Diego Orlando Serna Salazar O.P., se celebró la fiesta de San Luis Bertrán, patrono de la Provincia Dominicana de Colombia. Tres momentos singulares constituyeron la significativa celebración: El rezo de Vísperas, la Solemne Eucaristía y, posteriormente, el compartir fraterno en el claustro conventual. La celebración contó con la participación de los frailes del convento anfitrión y de algunos frailes venidos de otros conventos de Bogotá, también contó con la participación de las monjas del Monasterio de Santa Inés de Montepulciano y de algunos fieles laicos.
Los salmos de vísperas, acompañados por las sutiles notas del órgano, conservaron una de las máximas de la Liturgia dominicana: breviter et succincte (brevemente y ágilmente), recordándonos la misión pastoril del Valenciano en esta tierra, llamada hoy Colombia.
Por su parte, la Eucaristía, centro y culmen de nuestra vida dominicana, fue presidida por el Prior Provincial, acompañado del prior conventual, fray Javier Antonio Castellanos, O.P. y el subprior conventual, fray Adalberto Cardona, O.P., correspondiéndole a este último el discurso homilético. Fray Adalberto recordaba en su homilía tres momentos de la extraordinaria fuerza íntima del patrono de nuestra Provincia: En primer lugar, su empeño por seguir a Jesús al estilo de Domingo de Guzmán y compromiso con el ideal de la Orden de Predicadores; en segundo lugar, su ministerio apostólico, esa necesidad de llevar la Palabra a tierras desconocidas, la Nueva Granada, dedicándose en cuerpo y alma a la Predicación del Evangelio y su lucha por el reconocimiento de la dignidad humana de los nativos de esta tierra; en tercer lugar, su exquisito sentido práctico para la formación de los nuevos frailes, siendo un hombre equilibrado y maestro experimentado para enfrentarse a los retos de los tiempos. Finalmente, fray Adalberto, citando al Doctor Angelico y con el ejemplo de San Luis, exhortaba a todos a ser referentes de santidad con el testimonio singular de cada vida, teniendo presente que Dios no uniformiza, sino que perfecciona nuestra naturaleza, y en cada santo o santa se manifiesta un aspecto de la riqueza de Cristo, en unos la misericordia, en otros la generosidad y en todos la caridad (Para escuchar la homilía visitar el siguiente link: https://youtu.be/lBGbUgs1VAs).
Finalmente, el claustro conventual, iluminado por la luna de la gélida noche capitalina, recibió gustoso a los hijos e hijas de Domingo para compartir exquisitas viandas, luego de haber degustado el Manjar por excelencia. La noche, además de tener como testigo la plateada luna, estuvo acompañada por la sinfonía de un cadencioso saxofón, que, junto a una venturosa copa del fruto de la vid, proporcionó ese ambiente festivo y fraterno que caracteriza la vida dominicana.
Que san Luis Bertrán continue intercediendo por la santidad de nuestra Provincia, así como también le pedimos que interceda por el trabajo apostólico de todos los frailes, monjas, hermanas y laicos que día a día predican el Evangelio de Jesús en las diferentes obras bajo su regencia.
