Proyecto VOX: Evangelización en el Catatumbo colombiano
Proyecto VOX: Evangelización en el Catatumbo colombiano
Vayamos, hablemos, sanemos y cambiemos
| mayo 15 de 2024 | Por: Y. Patricia Estupiñan Fino – Comunicadora y periodista de la Promotoría de Medios y Tic´s de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia. |
VOX es una palabra latina que traduce “voz” en castellano y hace referencia al sonido construido por el aparato fonatorio humano, a partir de las vibraciones de las cuerdas vocales. Esta mezcla de aire y vibraciones, conectada con el cerebro, permite modular frases, sensaciones, instrucciones, canciones, quejas y más.
Bajo esta premisa, los frailes dominicos asignados a la casa Santa María Virgen, y que atienden pastoralmente la Parroquia que lleva el mismo nombre del corregimiento de Campo Dos en el municipio de Tibú, Norte de Santander, en el Catatumbo colombiano, han venido desarrollando su plan pastoral de evangelización, apostándole a la transformación de la comunidad y del territorio a partir de la escucha de la “VOX” del Señor.
“Esta VOX surge en un momento donde nuestros campesinos esperan una voz pronunciada con sinceridad, que transmita la verdad, oriente el alma hacia el cielo desde esta tierra hermosa, diga qué va a suceder en el futuro, anuncie que por fin la carretera profesional que necesitamos está lista, nos exprese el momento en que las balas se callen definitivamente, nos diga que la paz llega al territorio, trasmita la belleza de esta tierra y por fin pronuncie que somos hermanos”, dice el proyecto.
Se trata de volver a sembrar entre la comunidad, las autoridades públicas y privadas, las organizaciones y hasta la misma Iglesia, la confianza y la esperanza que por años se han visto golpeadas a causa de la violencia inhumana que ha flagelado a esta región del país, fracturando las relaciones sociales y afectando el tejido social del territorio.
Ir - hablar – sanar y cambiar, la fórmula que ha funcionado.
Bajo estos cuatro verbos, los frailes dominicos presentes en el Catatumbo colombiano han involucrado a todos los fieles, invitándolos al diálogo para a que, a partir del encuentro con Dios y con el otro, esta región inicie un caminar hacia un pueblo nuevo, a vivir con pasión y alegría el reto de transformar la guerra en paz y la oscuridad en luz.
La participación de la comunidad, las autoridades locales, militares y de policía, en diferentes actividades del plan “VOX”, ha logrado abrir espacios de escucha, de cambio y especialmente de oportunidades para que las brechas de desconfianza se vayan cerrando cada vez más.
Uno de los ejemplos más recientes fue la participación de la policía nacional en el Sermón de la Siete Palabras, en la celebración de la Semana Santa. La sentida intervención del Intendente Jorge Luis Peñaloza Molina, comandante de la Subestación de Policía de Campo Dos, al predicar una de las palabras del tradicional sermón, fue el reflejo de la sensibilidad y la empatía que la institución siente por su comunidad.
Espacios como estos han sido el objetivo del Plan Pastoral “VOX”, donde todos tengan la oportunidad de alzar su voz y de ser escuchados, todo con el ánimo de “estar siempre dispuestos a dar una respuesta a quienes les pidan cuenta de su esperanza”. Campo Dos escucha la VOX del Señor y se dispone a dar cuenta de esta esperanza.
Palabras del intendente Jorge Luis Peñaloza Molina
Y Jesús dijo: “Eloí, Eloí, lammá sabactani” que quiere decir "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" siendo esta la cuarta expresión de nuestro señor estando en la cruz, debemos entender que se trata de una plegaria de lamentación y que incluso el mismo Jesús con esta frase nos enseña que estando en cualquier situación de peligro, adversidad o tribulación, debemos acudir a las sagradas escrituras, ya que él cuando pronuncia esta frase hace referencia al Salmo 22 el cual inicia con esta oración "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
De allí, debemos entender y comprender lo poderosa e importante que es esta oración, tanto que en las sagradas escrituras la encontramos registrada en dos oportunidades aparte del salmo 22 fue escrita por los evangelistas san Marcos en el capítulo 15 versículo 34 y san Mateo en el capítulo 27 versículo 46, la cual recoge ese profundo sentimiento que dé nota la humanidad de nuestro señor Jesucristo lanzando este grito de angustia y desesperación.
Esta oración ha sido en ocasiones tergiversada y la toman como un reclamo o un reproche de Jesús hacía Dios nuestro padre, por permitirle pasar por ese sufrimiento, lo cual no es así, cuando nuestro señor aceptó hacerse humano el comprendía y tenía pleno conocimiento de lo que iba a suceder, por lo tanto, al sentir y experimentar en carne propia los golpes, malos tratos, burlas, sufrimientos, injusticias y angustias, en su momento más doloroso y difícil realiza esta oración en solidaridad con nosotros por lo que vivimos día a día, por este motivo hacemos propia en ocasiones esta expresión que ha resonado a lo largo de la historia y ha sido pronunciada por muchos de nosotros en momentos de profundo sufrimiento y desconcierto.
Cuando todos nosotros nos enfrentamos a situaciones difíciles, es natural cuestionarnos el sentido de lo que estamos viviendo. Porque no lo entendemos, no podemos comprender los designios de Dios y llegamos a sentirnos perdidos, desamparados e incapaces de encontrar respuestas. Incluso en esos momentos, la fe puede tambalearse y hasta parecer que Dios está ausente o indiferente a nuestro dolor, llegamos a pensar literalmente que Dios nos ha abandonado.
Incluso puedo decir que en esos momentos he sido testigo del dolor de muchos colombianos, he escuchado sollozos de mujeres, hombres y niños cuando las situaciones de la vida se les han complicado, ahí puedo imaginarme que muchos de ellos pronuncian palabras similares: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. Con ellos he querido estar, a ellos he querido acompañar, no los juzgo, no me corresponde declarar que les falta la fe o que ella es débil, lo único que puedo constatar es que el dolor es profundo, que los momentos malos por los que han pasado muchos de mis compatriotas y especialmente las comunidades del Catatumbo llegan a ser tan angustiantes que no les queda otra que pronunciar palabras como estas.
También puedo decir que mis hombres y yo hemos estado en situaciones difíciles, en medio de angustias e incertidumbres, nosotros somos hijos de gente de pueblo al igual que ustedes donde hemos llegado a compartir sus limitaciones por lo tanto en muchas ocasiones terminamos realizando el mismo grito de Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado.
Cuando estos dolores taladran las historias de mi gente y de mis compañeros, comprendo por lo que pasan, lo que sufrimos y aún más en este bello corregimiento de Campo Dos y el Catatumbo, tierra hermosa que ha sido señalada, estigmatizada, golpeada y olvidada por muchos, donde diariamente gritamos he imploramos a Dios que no nos abandone, que nos conceda la paz, la armonía, la tranquilidad, abundancia y prosperidad que necesitamos para poder surgir como sociedad, con la única esperanza y fe que en medio de nuestras limitaciones Dios no deja de estar con nosotros, realmente él no nos abandona.
Por eso es que nuestra fe debe ser fuerte y recordar que la fe no es solo la ausencia de dudas o la certeza absoluta de la presencia de Dios en nuestras vidas. La fe también implica perseverancia, resiliencia y resistencia incluso en medio de la oscuridad. Es el acto de confiar y aferrarse a la esperanza, incluso cuando todo parece desmoronarse a nuestro alrededor, la fe es la oportunidad que no entendemos pero que nos ofrece nuestro Dios para a través de ella poderlo percibir y creer en él sin necesidad de verlo, de tocarlo, es tener la convicción de confiar plena y absolutamente en él y que todo podrá mejorar o podremos salir adelante en esos momentos de dificultad, dolor y tribulación en su nombre.
En esos momentos de aparente abandono, es crucial recordar que Dios no nos ha dejado solos. Aunque no entendamos sus designios o no podamos percibir su presencia de manera tangible, su amor y su gracia siguen siendo constantes. Nos sostiene en medio de la tormenta, incluso cuando nuestras lágrimas nublan nuestra visión.
Y debemos hacer énfasis en el salmo 22, ya que este salmo inicia mas no termina con esta frase de desesperación. Por el contrario, a medida que vamos leyendo y comprendiendo este salmo no percatamos que este concluye con un giro de esperanza y alabanza a Dios. Es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, hay espacio para la fe y la confianza en un mañana mejor, como son nuestros sueños y deseos propios y para nuestros hermanos de Campo Dos, siendo esta una época importante de paz y reconciliación para que no quede en vano el sacrificio el cual por amor Dios permitió que su propio hijo Jesucristo enfrentara tan duras pruebas.
Así que, cuando nos encontremos frente al abismo del sufrimiento y la desesperación, podemos tomar estas palabras como un testimonio de la experiencia humana. Nos recuerdan que no estamos solos en nuestras luchas y que, a pesar de la aparente ausencia de respuestas, hay un propósito más grande.
Que esta reflexión nos inspire a mantener viva la llama de la fe, incluso en los momentos más difíciles, sabiendo que la luz de la esperanza siempre brilla en la oscuridad.
Intendente Jorge Luis Peñaloza Molina
Comandante Subestación de Policía Campo Dos
Semana Santa 2024
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