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Nuestra marca llega al Empalme

| Mayo 24 de 2019 |

La Campaña “Nuestra Marca” de la Casa Proyecto Dos comienza su recorrido por las distintas veredas de Campo Dos

Luego de transcurrida una hora por vía destapada y en mal estado, se llega a la vereda El Empalme; la cosecha de mango está a la orden del día y el sol canicular hace mella desde las primeras horas en todo el territorio del Catatumbo. Se encuentran a lo largo del recorrido un significativo número de menores de edad “tapando los huecos” de las desgastadas vías de la zona, a la espera de una moneda en contraprestación por su “trabajo”.

¡Llegaron los misioneros! Se escucha en el patio de la escuela de la vereda, un grupo de niños asisten a su clase de educación física. ¿De dónde vienen? ¿Van a ir a mi casa? ¿Hay misa? ¿trajeron pipas misioneros? (pipas: dulces); es frecuente escuchar. Se inicia el visiteo a las familias que se hallan a lo largo de la vía principal; unas con más tiempo que otras, muchas no son católicas (con alguna renuencia nos atendían), “mis papas no están” era común escuchar entre los pequeños que “cuidaban” la casa y siga que el perro no muerde…

Una larga y trajinada labor de acompañamiento y presencia en esta zona agobiada no solo por las altas temperaturas, además resaltan sus habitantes el abandono estatal que incumple de manera reiterada con los pactos acordados con anterioridad. Es una cruda realidad que no es desconocida a lo largo y ancho del Catatumbo especialmente por aquellos que apuestan a la ilegalidad como manera de subsistencia ante lo antes mencionado, bajo el amparo de los grupos al margen de la ley que persisten en “defender” la región. Y qué decir de los extensos cultivos de palma en manos de unos pocos encargados de explotar y desangrar estas tierras en un círculo vicioso que ha de acabar, cuando la tierra quede infecunda por su excesiva sobreexplotación.

Con las realidades escuchadas de los habitantes de la vereda, se reúne a la comunidad en la cancha de la escuela y se celebra la Eucaristía por las necesidades particulares de cada uno de sus integrantes. Termina la jornada, se acaba la “toma” de la vereda El Empalme y se encamina de vuelta hacia Campo Dos, en el corazón mismo del Catatumbo.


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