Duván Ferney Letrado Sotomonte nació en Chiquinquirá el 21 de marzo de 1998, en el hogar cristiano de don Pedro Pablo Letrado y doña Elvira Sotomonte y siendo el cuarto entre sus hermanos: Marta Isabel, Jefferson Alejandro, Leidy Marcela y Michael Steven.
Realizó sus estudios de primaria en el Instituto Técnico Industrial Julio Flórez de Chiquinquirá. Inició su formación secundaria en el Colegio de Nuestra Señora de Nazareth, pero luego se trasladó a Bogotá, y allí continuó con dicha formación en el Colegio Bossanova School, lugar en que se diplomó como bachiller académico. Su llamado vocacional hunde sus raíces en el trabajo pastoral con los padres dominicos en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario − La Renovación y la Parroquia del Señor de los Milagros de Bosa.
Terminados sus estudios secundarios, ingresó en el 2016 al prenoviciado dominicano del Convento de Tunja, y con fr. Fernando Mancipe, O.P. como su maestro. El 11 de febrero de 2017, recibió el hábito dominicano en Chiquinquirá de manos de fr. Said León Amaya, O.P., junto con sus otros hermanos de noviciado: fr. Fabián Rueda, fr. Cristian Becerra, fr. Daniel Mesa, fr. Alejandro Rendón, fr. Pablo Castillo, fr. José Yagual, fr. Santiago Israel y fr. Tito Rivera y bajo la orientación de fr. Duberney Rodas Grajales, O.P. como maestro de novicios. Terminado su año de noviciado, el 2 de febrero de 2018 emitió su primera profesión junto con fr. Fabián Rueda y fue asignado al Convento de Santo Domingo de Bogotá para iniciar sus estudios institucionales; allí fueron sus maestros fr. Iván Garzón Rojas, O.P. y fr. Franklin Buitrago Rojas, O.P.
Fr. Duván vivió su seguimiento de Jesús bajo el carisma dominicano con suma alegría y fraternidad. A pesar de su poca expresividad, podemos resaltar su rectitud y creatividad, ya que fr. Duván procuraba siempre responder de la manera más ingeniosa a las situaciones propias de la comunidad, sobre todo a aquellas que se encontraban bajo su cuidado.
Desempeñó las siguientes actividades pastorales: en la sacristía del Templo de Santo Domingo; en la parroquia de Cazuca y en el Colegio Jordán de Sajonia, se destacó por su trabajo catequético, la docencia y el acompañamiento a los jóvenes en el servicio social; resaltó por su esmero y dedicación; por su capacidad de trabajar en comunidad y por su relación afable y respetuosa.
Su partida aciaga sorprendió a la comunidad el 29 de noviembre del 2020. Sus exequias se realizaron en el templo de Santo Domingo y su cuerpo reposa en el mausoleo de la Benemérita Orden de Predicadores en el Cementerio Central de la capital de la República.