Dentro de una reflexión acerca de la vida religiosa no puede faltar el apartado acerca de los votos. Precisamente, estas promesas son las directrices que orientan la vida de los consagrados. A pesar de que ya se haya podido hablar mucho acerca de ellos, en cada época se actualizan y renuevan según las exigencias del momento, exigencias que interpelan a la Iglesia y en específico a la vida religiosa.
Al observar la realidad de nuestro tiempo, se puede constatar que hay demasiada polarización en diversos ambientes. Por algún motivo el ser humano, tal vez por facilidad mental, ve en el dualismo una salida fácil para explicar muchas de las realidades de su entorno.
En la cotidianidad de la vida consagrada no es difícil encontrar el termino hermandad, en nuestro caso, el mismo nombre de frailes, como en el caso de las hermanas cuyo término es “sor”, ya traen de por sí una carga semántica que representa esa misma hermandad.
La vida humana se encuentra en medio de una realidad un tanto caótica. La crisis forma parte de muchos aspectos de la vida cotidiana. Pregonan las noticias, la academia y demás ambientes donde los seres humanos constituyen comunidad, el término “crisis”, asociado a la economía, a la ecología, a la educación, y por supuesto, a la vocación.
En la cotidianidad, los consagrados reciben de parte de la familia, amigos o conocidos, una pasmosa locución: Ora por mí, tú que estás más cerca de Dios. ¡Cuánta responsabilidad! Probablemente el asombro que causa se debe al hecho de que, en múltiples ocasiones, no comprendemos aquello de estás más cerca de Dios.
En el sitio web oficial de los dominicos colombianos, queremos llevar a cabo la misión de Domingo: el deseo de proclamar valientemente a Dios, de construir la vida comunitaria y de buscar la verdad en el mundo.
¿Y si digo sí a este estilo de vida? La Orden de Predicadores, orden apostólica, se dedica a conocer, contemplar el mensaje revelado para luego trasmitirlo a los demás.
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