Monseñor Romero basó siempre su predicación en su tierra natal, dentro de América Latina, en El Salvador, a partir de dos elementos fundamentales que responden al contexto en que le correspondió seguir a Jesús, su mensaje siempre fue un llamado a la conversión y a la paz. Por eso mataron al profeta.
Fue llevado al Desierto por el Espíritu. Hoy hermanos iniciamos nuestro camino cuaresmal, y como cada año, en el primer domingo de este tiempo, escuchamos aquel pasaje del evangelio que narra las tentaciones de Jesús en el desierto. Jesús va a este lugar misterioso y maravilloso donde quizás la vida no se ve a simple vista, pero cuando nos adentramos en él, nos encontramos con una sorpresa, hay vida y vida en abundancia a pesar de ser un mar de arena y rocas.
Se nos sigue mostrando un camino, revelado también en la oración colecta, un camino que hemos venido transitando y que seguiremos hasta el triduo pascual ayudados por Dios. No ha sido un camino de soledad ni de ensimismamiento sino un camino en el cual, la mano de Dios ha tomado la nuestra y nos ha llevado por una ruta de conversión que solo se puede seguir si el amor hace parte del itinerario, es decir, una ruta cuaresmal bien caminada debe estar guiada por el amor de Dios y para que así a lleguemos a la Pascua.
Sobre todo, en los momentos de dificultad, cuando parece que nos abandona, cuando no lo sentimos ni lo vemos, cuando nos desesperamos, nos sentimos defraudados y abandonados.
Hemos llegado al inicio de la semana mayor, la semana santa. Es precisamente hoy domingo de ramos cuando celebramos con regocijo la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, un acontecimiento de gran importancia para su momento y de gran significación para nosotros como cristianos. Es un acontecimiento esperado, pues ya desde antiguo el profeta Zacarías anunciaba “díganle a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asno” (Za 9, 9)
Queridos hermanos, hace una semana escuchábamos la proclamación de la alegría porque se avecina la solemne celebración de la pascua, ahora la liturgia nos propone para éste V Domingo de Cuaresma unas de lecturas que recalcan la promesa de Dios hacia el hombre, y su mirada propicia al corazón de aquel que quiere conocerle.
El cristianismo ha sido por más de dos mil años un replicador del mensaje de Jesús, de la buena noticia, al menos eso creemos; el evangelio es claro al decir “tanto amo Dios al mundo que entrego a su hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”, sin embargo, ¿realmente somos mensajeros del Amor?
Celebramos el tercer domingo de este tiempo cuaresmal en el cual se nos invita a reconocer en la cruz de Jesús, un lugar propicio para dejar atrás nuestras necedades y escándalos, y asumir con valentía y coraje una verdadera transformación del corazón.
En muchos momentos de nuestra vida experimentamos sentimientos y emociones de los que no quisiéramos salir. hay momentos en los que se padece y otros en los que goza de una sensación inimaginable de paz, calma y serenidad.
¿Renuncias a creerte y sentirte convertido definitivamente?
Nos encontramos en el primer Domingo de este tiempo de Cuaresma. La Iglesia nos invita a reflexionar, desde el Miércoles de Ceniza, sobre nuestro compromiso cristiano y nuestra realidad bautismal.
Este año en el tiempo de cuaresma hemos estado haciendo nuestras reflexiones dominicales guiados por los 4 elementos: tierra, aire, agua, fuego. Esto nos ha permitido echar un vistazo a la Palabra que nos es propuesta desde otras ópticas.
Año 1 millón a.C. Un reducido grupo de Homo erectus ha podido por primera vez en la historia controlar un elemento natural que les causaba pánico, el fuego. En las terribles tormentas, cuando los rayos azotaban iniciando una quema descontrolada, ellos tenían que esconderse en las cavernas o huir.
Dame de beber…
Colombia es un país privilegiado en cuanto al agua se refiere. Cuenta con el 49% de los páramos que existen a nivel global, de los cuales se nutren hídricamente muchas poblaciones. Sabemos que estos páramos son ecosistemas fascinantes que albergan un potencial de vida increíble.
“Alerta amarilla ambiental en Bogotá” ha declarado la secretaría de Ambiente de la capital Colombiana al leer los resultados sobre la calidad del ‘aire’ arrojados por la estación ‘móvil carrera séptima’, ubicada en el parque de los Hippies, Chapinero.
¿De qué estamos hechos?
“El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo” (Gn 2,7). El miércoles de ceniza se inicia la cuaresma con una invitación a reconocer lo que somos; fuimos modelados de arcilla, somos tierra y a la tierra regresaremos.
El arché o el principio de todas las cosas ha sido una inquietud reflexionada por varios pensadores en el afán de descubrir ‘de qué estamos hechos’, por querer averiguar el origen de todo.
Nos encontramos en el quinto y último Domingo de Cuaresma. Se acerca cada vez más la Semana Mayor, la gran fiesta de nuestra Redención. Precisamente el Evangelio de hoy nos invita a llevar a cabo el mandamiento del amor dado por Jesús a la humanidad frente a un mundo egoísta, desinteresado y acusador.
El relato evangélico de este domingo nos muestra un tip más en clave de conversión propio de este tiempo de cuaresma. La lectura sugerida es la narración conocida como el hijo pródigo: Lucas 11,14-23.
La cuaresma es una propuesta de camino para examinar nuestro propio camino de conversión. ¿Por qué hacer cada año un camino de conversión? Sencillamente porque la vida es dinámica y porque la fe como la vida, también lo es. Así que este año, en nuestra reflexión, estamos siguiendo el camino de conversión.
Él ha subido al monte Tabor con algunos discípulos para “transfigurarse” y develarles quién es (el Hijo de Dios, el elegido) y cuál es su destino próximo (una muerte ignominiosa en Jerusalén).
La liturgia de la Iglesia presenta en este primer Domingo de Cuaresma una exhortación a la fe, con el propósito de demostrarnos que en varios episodios de la historia ha quedado probado que Dios escucha y responde con grandeza a los llamados de los que lo invocan con convicción y confianza.
Hemos nacido en la Iglesia para perpetuar en cada tiempo y lugar la misericordia que Dios nos ha tenido por medio de la Encarnación del Verbo Eterno.
En el sitio web oficial de los dominicos colombianos, queremos llevar a cabo la misión de Domingo: el deseo de proclamar valientemente a Dios, de construir la vida comunitaria y de buscar la verdad en el mundo.
¿Y si digo sí a este estilo de vida? La Orden de Predicadores, orden apostólica, se dedica a conocer, contemplar el mensaje revelado para luego trasmitirlo a los demás.
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