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Como construir un reino

|  agosto 02 de 2020  |  POR: Fray José Eduardo Pardo Carrillo, O.P.  | 

Quiero traer en este momento a nuestras mentes los juegos virtuales donde tenemos que construir ya sea una ciudad, o un reino (hago referencia a juegos como Age of empire, Starcraf entre otros).  En la construcción de estos reinos se hace importante la presencia de algunos personajes, el aldeano que desempeña varios oficios; es el agricultor, el herrero, el panadero; aparecen también los soldados quienes conforman el ejercito que permitirá que el reino se expanda, están los brujos y los sacerdotes y, finalmente la clase que les dirije; el rey o el emperador. Así en el juego se necesita y se va formando una comunidad. Y sin dicha comunidad no podemos avanzar de nivel.

En el Evangelio que escuchamos en el día de hoy, vemos que también se va construyendo una comunidad, la comunidad que Jesús quiere, la del Reino. Esta comunidad posee una característica y es el número, pero no en sentido de cantidad, sino en el cual nos permite imaginarnos que entre tantos reunidos en un solo lugar podemos encontrar una variedad de oficios, y al igual que en dichos juegos virtuales, encontramos desde el herrero, panadero hasta los hombres que desempeñan un cargo importante, porque el Reino de Dios es para todos.  Están reunidos a su alrededor, para escucharlo, pero también requieren de varias cosas para poder existir comunitariamente, y no solo lo siguen por aquello que enseña, sino que se ven movidos por diferentes necesidades, desde aquellas de tipo espiritual hasta las de tipo físico como la enfermedad o la necesidad de la alimentación.  

dicha necesidad la sienten todos, algunos ven la solución de manera muy fácil, como los discípulos quienes proponen mandar las gentes a buscar el alimento, pero el mismo Jesús que se negó hacer un milagro para alimentarse en el desierto, hoy no se niega y se compadece de aquellos que buscan alivio y es motivado a alimentar a más “de cinco mil hombres sin contar mujeres y niños”, tal como lo relata el evangelista. Se vale de este acto de solidaridad para enseñar a sus discípulos que la construcción del Reino de Dios se hace en comunión; compartiendo las necesidades y lo que poseemos, así solo sean cinco panes y dos peces.

Pues bien, el evangelio nos muestra la importancia de la comunidad para la construcción del Reino. El Reino de Dios se hace presente en medio de la comunidad, se edifica en el compartir con nuestros hermanos, con aquellos a los que todas las mañanas saludamos, aquellos con los que cruzamos palabras, con los que nos sentamos en la misma mesa a compartir el pan y aquellos a los que muchas veces ignoramos por diversas causas.  

Hoy más que nunca cuando nos reunimos en torno al altar para compartir el pan de vida, debemos ser conscientes que no estamos solos, que a nuestro alrededor están aquellos que desean construir lo mismo que mi corazón desea. Hoy a pesar de estar lejos y tener que vivir nuestros encuentros a través de una pantalla, es cuando más sentido posee aquellas palabras que Jesús dice a sus discípulos: “denles ustedes de comer” pues reunirnos en torno al altar para compartir el pan de vida, debe impulsar nuestros corazones a compartir con los más necesitados lo que Dios nos ha dado. Y a pesar de no poder encontrarnos en un lugar concreto seguimos siendo parte de una comunidad que construye el reino de Dios, cuya oportunidad al igual que en los juegos virtuales de alcanzar la meta no depende de uno solo, sino de todos, puesto que en el momento en que nos olvidemos de los que están a nuestro lado, en ese momento podemos estar llegando al final y podemos estar avanzando hacia el “game over” y no alcanzar nuestra meta. 

Datos imagen
Autor: Anónimo, Título: La multiplicación de los panes y los peces, Fecha: Hacia 1800
Técnica: Óleo, ubicación: museo del prado.


Reflexiones del Tiempo Ordinario 2020