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Somos la Familia Dominicana fundada por Santo Domingo de Guzmán

Los Dominicos somos, ante todo, hermanos predicadores

La idea fundamental de Domingo al fundar la Orden fue predicar el Evangelio. Domingo no sólo quería la conversión, sino también la capacidad de comprender; para él no tenía excesivo valor el ser cristiano caminando a ciegas. Él quería que la Verdad del Evangelio fuera reflexionada, aceptada con madurez, con adhesión pensada, razonada y no una simple adhesión afectiva, expuesta al bamboleo fácil de cualquier viento de doctrina.

Domingo, fiel a la escuela de San Agustín: "entender para creer, creer para entender, quería una conversión de la persona entera, de su corazón y de su mente, de su ser y de su actuar" (Cf. Dominicos, un paisaje interior, p.67-68)


Nuestra predicación no tiene fronteras

…” Los Frailes han sido enviados a todos los hombres, grupos, y pueblos, a los creyentes y no creyentes, y sobre todo a los pobres, para que así dirijan su atención a la evangelización y a el establecimiento de la iglesia entre los "gentiles", y a iluminar y confirmar la fe en el pueblo cristiano.

... Es necesario no solamente atender a las situaciones y aspiraciones de los hombres a quienes hablamos sino también establecer con ellos un trato vivo, de manera que permanezca como norma de toda la evangelización la predicación acomodada de la Palabra revelada, sobre todo de quienes están lejos de la Fe.

Por lo cual los frailes han de aprender a reconocer el Espíritu que actúa en el pueblo de Dios, a conocer también las riquezas escondidas en las distintas formas de cultura humana, con las cuales se manifiesta de manera más perfecta la naturaleza del mismo hombre y se abren nuevos caminos a la búsqueda de la verdad" (LCO. 98-99).


Somos frailes que convivimos en conventos

La vida cotidiana del fraile dominico se desarrolla normalmente dentro de un marco de disciplina y organización conventual. Por eso es útil decir algo sobre este aspecto. El convento es una casa de oración, de silencio, de trabajo y estudio; pero, sobre todo, es una casa de fraternidad. Sus moradores se denominan FRAILES, que quiere decir hermanos. Forman una comunidad bajo la guía y coordinación de uno de los hermanos llamado "prior", es decir, el primero de los hermanos.

La vida de un convento dominicano está jalonada por la celebración diaria y comunitaria de la oración litúrgica. EI fraile predicador busca y necesita ser un hombre de oración. El convento es también un centro de estudio.


Una institución antigua para tiempos nuevos

El dominico es, ante todo, un hombre que cree en la Verdad y la ama. Por eso la busca, la estudia, la contempla y la vive para luego predicarla. De aquí la razón del lema que expresa en forma precisa y sintética el ideal de la Orden en palabras de Santo Tomás de Aquino: "Contemplari et aliis tradere contemplata". Este es el centro y la cima del Ideal Dominicano, con toda la profundidad que posee, esta frase tan sencilla: "Contemplar y comunicar a los demás lo contemplado".

La Orden Dominicana siempre ha aparecido y se ha distinguido por su constante apertura a todos los valores auténticos de cada cultura y mentalidad, por eso la índole de sus miembros y de su apostolado es tan compleja. Siempre ha cultivado y manifestado una profunda simpatía por todo lo divino que hay en lo humano, y ha permanecido abierta y proyectada hacia un diálogo sincero, profundo y comprometido para buscar la Verdad plena a través de la verdad que hay en cada cosa, en cada acontecimiento, en cada grupo, en cada persona, en cada tendencia y movimiento filosófico y científico.


Dominicos, una forma de ser

La vocación dominicana es una manera peculiar de realizarse como hombre o mujer en la Iglesia de Cristo, a la luz de la fe, según el Evangelio.

La antropología dominicana es una forma concreta de concebir la vida, el hombre, la espiritualidad, el contacto con Dios.

Algunos de nuestros aspectos distintivos son:

  1. Espíritu de libertad y autonomía. Ello responde a nuestra profunda confianza y respeto en cada persona y su proyecto personal.
  2. Espíritu comunitario y democrático. El dominico siempre está haciendo referencia a la Comunidad y a las decisiones tomadas en común.
  3. Espíritu independiente, que no es igual a individualista. Cada dominico es muy celoso de su propia intimidad.
  4. Espíritu razonador, eternamente cuestionado y cuestionando; viendo pros y contras de todas las situaciones.
  5. Espíritu abierto, flexible, muy comunicativo, en general.
  6. Cierto espíritu de orgullo, no de soberbia, que lleva al dominico a sentirse preciado de su historia, de su forma de vivir y actuar con agilidad y normalidad.
  7. Gusto por el estudio y la reflexión en todas las áreas humanas, que lleva al dominico a analizarlo todo, desmenuzarlo todo.
  8. Gusto por la belleza y la estética en las liturgias; liturgias celebradas con sencillez y elegancia.
  9. Humanistas en la concepción de la vida. El hombre y Dios son los dos centros de su reflexión y acción salvífica y liberadora.
  10. El dominico es amante de la Iglesia, pero de una Iglesia vivida, sentida y predicada como comunidad salvífica.
  11. El dominico, se adapta con facilidad a cualquier medio, época y situación adversa.