En la frontera con Ecuador, la familia dominicana también hace presencia. La ciudad de Ipiales, en el departamento de Nariño, concentra la presencia de tres congregaciones de religiosas dominicas, entregadas por completo al ministerio de la Palabra. Es el caso de las dominicas de Santa Catalina de Siena, las dominicas Hijas de Nuestra Señora de Nazareth y las dominicas de Betania.
La visita, que se dio entre los días 19 y 20 de mayo de 2022, inició con la obra que realizan las nazarenas junto con la pastoral social de la Diócesis de Ipiales, encabezada por monseñor José Saúl Grisales Grisales. Estas hermanas están involucradas con la formación de líderes de pastoral de esta jurisdicción eclesiástica y los programas de atención a migrantes que por estos tiempos se ha vuelto la esperanza de muchos hermanos, sobre todo venezolanos, que pasan por Ipiales bien para Ecuador, para Perú o bien de regreso a su país de origen. Estas dominicas dirigidas por la hermana Rosa Helena Nájar Torres, O.P., viven en una casa modesta y comparten su vida religiosa bajo la observancia regular que les pide su congregación.
Luego, la visita se trasladó a Las Lajas, donde se encuentra uno de los santuarios marianos más importantes tanto para colombianos como para ecuatorianos de la frontera: Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas. Aquí ejercen su apostolado las dominicas de Betania, y fue en la casa pastoral de dicho santuario donde se dio el encuentro con todas las dominicas con el fin de compartir las experiencias de cada apostolado.
El 19 de mayo fue la oportunidad de peregrinar al Santuario de Las Lajas como familia dominicana. Allí se celebró la santa eucaristía en un ambiente dominicano, haciendo recuerdo de uno de los santos que están pintados en aquella roca del santuario, santo Domingo de Guzmán. Todo esto animó la vocación dominicana de las hermanas y alentó el espíritu festivo y fraterno entre las congregaciones religiosas. El 20 de mayo, la visita culminó en el hogar para niñas que está bajo el amparo de las dominicas de Santa Catalina de Siena. Ellas, siendo fieles al deseo de la madre Gabriela de San Martín y de fr. Saturnino Gutiérrez Silva, O.P., procuran la formación y el sustento integral de niñas que quieren salir adelante pese a las barreras sociales y familiares que han encontrado en su vida.
Así es como se puede confirmar una vez más que el carisma de la Orden de Predicadores vive patente en todas estas iniciativas pastorales, algunas en diálogo con lo sagrado y otras involucradas con el desarrollo social. En últimas, santo Domingo de Guzmán sigue cumpliendo desde la eternidad con su promesa: Yo les seré más útil desde el Cielo.
Ruega por nosotros, bienaventurado padre Domingo, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Amén.
